Las ranas más pequeñas del mundo escuchan por la boca
Según un reciente estudio realizado por un equipo internacional de científicos se pudo determinar que una de las ranas más pequeñas del mundo, las Gardiner de las islas Seychelles no poseen oído medio, sin embargo se comunican entre sí.
Gracias a pruebas realizadas con rayos X se pudo determinar que dichos anfibios utilizan sus bocas como cavidades auditivas para transmitir sonidos al oído interno. A compañanos para entender cómo esto es posible.
¿Cómo oyen las ranas Gardiner?
Si bien el sistema de audición de los animales ha evolucionado desde entonces, hace más de 250 millones de años que muchas especies escuchan los sonidos gracias al oído medio, el tímpano y los huesecillos auxiliares.
Por otro lado existen animales que no poseen oído externo, como las ranas cuyo tímpano y oído medio se encuentra pegado bajo la superficie de la cabeza. La pregunta es ¿cómo escuchan estos anfibios si el 99.9% de las ondas sonoras son refractadas por la piel?
Para Renaud Boistel, científico de la Universidad de Poitiers, parecía contradictorio que estos animales croaran y se comunicaran entre ellos sin tener ni oído medio ni tímpano. Basó su estudio en las ranas de Gardiner quienes han estado aisladas en los bosques tropicales de las islas Seychelles desde hace unos 47 a 65 millones de años. Si estás ranas podían escuchar, lo harían a través de un sistema auditivo de formas de vida prehistórica.
La manera en que se comprobó que estas ranas escuchan fue colocando parlantes en su hábitat natural y reproducir sonidos previamente grabados de otras ranas. Esto ocasionó que los machos reaccionaran con respuestas a los sonidos, lo que demostraba que escuchaban.
El siguiente paso fue determinar qué mecanismo las ayudaba a escuchar. Se propusieron muchas hipótesis como un conducto externo que funcionara como tímpano través de los pulmones, vibraciones musculares que conectaran sus gargantas con el oído o conducción a través de los huesos.
Las pruebas
Como estas ranas miden aproximadamente un centímetro de largo, se necesitaban imágenes milimétricas de rayos X de su tejido blando y su sistema óseo para determinar cómo era que el sonido se propagaba hasta llegar al oído interno.
Gracias a simuladores por ordenador se reforzó la hipótesis de resonancia ósea, a través de los huesos del cráneo. Estas simulaciones confirmaron que la boca funciona como un resonador o un amplificador de las frecuencias que emiten estas especies. Esto gracias a dos adaptaciones evolutivas: un tejido delgado entre la boca y el oído interno y un meno número de tejidos entre estos dos.
¿Qué opinas de este descubrimiento
sobre las ranas más pequeñas del
mundo?
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