Seguidores

miércoles, 22 de mayo de 2013

5 fascinantes curiosidades sobre los lobos




Los lobos (Canis lupus) son animales realmente asombrosos. Ampliamente recurrente en los mitos de diversas culturas, los lobos pasaron de dioses a los primeros animales en ser domesticados por el ser humano en un largo proceso de más de 10.000 años.
Así, mucho más que parientes cercanos del mejor amigo del Hombre, el perro, el lobo resulta un ser muy familiar y al mismo tiempo extraño, curioso y enigmático. Aún nos queda mucho por conocer acerca de estas criaturas, te invito a conocer 5 fascinantes curiosidades sobre los lobos.

5. Los lobos negros no nacen así nada más

Un estudio científico realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford reveló el misterio de los lobos negros en el año 2008, una cuestión que abundó los mitos más oscuros y siniestros a lo largo de la historia. Los científicos señalaron que lejos de la magia, los lobos negros presentan una variación melanística en el pelaje de lo que una vez fueron lobos grises y que si bien ésto les podría servir para la caza nocturna, se trata de algo que ocurre en los perros domésticos y no precisamente de forma natural. Es decir que si realizaramos un segimiento genético a los lobos negros nos encontraríamos con un cruce, la reproducción entre los lobos grises y los perros domésticos en el pasado. Otro dato curioso es que los lobos de pelaje negro presentan una inmunidad a las infecciones mucho más eficaz que los demás.

4. Un lobo con rabia es extremadamente peligroso

No se necesita ser un genio para entender que si el caniche de tu vecina contrajera rabia se volvería un verdadero peligro, pocas cosas podrían ser tan extremadamente peligrosas como un lobo o incluso una manada de lobos infectados de rabia. Claro que si no vives en determinadas regiones norteñas de Norteamérica, Medio Oriente o Eurasia, no tienes mucho de que preocuparte, además, los lobos no son de los animales que contraen rabia con mayor frecuencia. No obstante, cuando lo hacen, las cosas se complican bastante. Los lobos pueden contraer rabia al contagiarse de otras especies, como los perros domésticos, los zorros y los mapaches, entre otras. Lo curioso es que a diferencia de la mayoría de estos animales, que además del conocido comportamiento agresivo muestran una suerte de letargo y desorientación que de cierto modo los alela, los lobos se vuelven terribles, frenéticos, veloces, feroces y sumamente violentos cuando tienen rabia. Una vez entran en el dominio de ese fuerte cólera, los lobos registran el mayor número de ataques a humanos, los cuales aún suceden y la mayoría de las veces culmina en una tragedia.

3. Los lobos son grandes caníbales

El canibalismo entre los lobos es muy común. Es que existen pocos animales carnívoros y oportunistas tan eficaces como los lobos, que jamás pierden la chance de comer. Es sabido que cuando un miembro de la manada está enfermo, malherido o apunto de morir, es devorado por todo el grupo. Ésto tiene mucho que ver con el clima y las implacables regiones en las que habitan. En Alaska, por ejemplo, quienes se encargan de controlar el número y las posibles amenazas que los lobos pueden provocar en parques abiertos al público, saben muy bien que cuando un lobo cae en una trampa se debe quitar de inmediato o el resto de la manada lo comerá. Luego de los combates entre los machos del grupo, igualmente, el ganador se come a su contrincante y en muchos casos, hasta las crías pueden comerse a su propio padre.

2. Comen perros y también humanos

No resulta extraño si ya sabemos que el canibalismo les caracteriza, ahora, ésto pareciera ir aún más allá y si tenemos un poco de imaginación, pareciera que los lobos adoraran comer perros domésticos. Es algo muy habitual en regiones de Rusia, un lobo llega a donde hay un perro doméstico, que obviamente es donde también hay gente, hace que el perro le siga y luego lo terminan emboscando en manada para comerlo. Pero no nos quedamos allí, los lobos también tienen a los seres humanos en el menú. Los expertos suponen que aunque pudo pasar a lo largo de la historia, los lobos comenzaron a comer a los humanos especialmente en la Edad Media y más precisamente, tras la plagas y la peste negra que devastó Europa durante aquellos años. Para entonces, las pilas de cadáveres se acumulaban una tras otra, algunos eran quemados, otros enterrados, lanzados a ríos o abandonados en bosques, dejándoles servidos para los lobos. Algo muy similar ocurrió con la peste bubónica, cuando se creía que los responsables eran los perros y éstos eran sacrificados masivamente.

1. Comen a sus presas vivas

Como ya vimos, los lobos son capaces de comer prácticamente cualquier cosa que puedan atrapar. Ahora, a diferencia de muchos otros animales, como los osos o los grandes felinos, los lobos no cuentan con un arma o una herramienta anatómica que les permita quitar la vida de sus víctimas de inmediato. Por el contrario, cazan, atacan y se alimentan en manada, dando numerosos mordiscos con sus filosos y gruesos colmillos, arrancando la carne poco a poco de sus presas. Esto suele conocerse como “muerte por desgaste”. Primero se arrancan los músculos de las patas y los cuartos traseros para que la presa caiga, allí se ataca la zona abdominal, en donde se crea una abertura para desparramar las vísceras y los órganos internos.
Entonces el grupo ya puede comenzar a alimentarse de la fresca y agonizante presa, hasta que finalmente perece agotada.

Muy interesante, ¿no? ¿Qué te pareció? 
¿Qué otras cosas sabes acerca de los 
lobos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario